Corría el año 1969 cuando la Liga le pidió que fuera la imagen de la competición usando su silueta. El jugador angelino no puso problemas y así fue como pasó a la historia como un símbolo indeleble. El hecho de coincidir con otras estrellas como Wilt Chamberlain, Jabbar, Bill Russell u Oscar Robertson le impidió conseguir el título de jugador más valioso de la temporada en su extensa carrera, pero lo compensó al ser el único que ha logrado el MVP de las finales estando en filas del equipo perdedor.
Nueve finales y una victoria en 1972 para Jerry West, un jugador que medio siglo después sigue siendo la imagen de una competición que le venera como a uno de sus ídolos.
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